viernes, 13 de agosto de 2010

Capitulo VI: Luchando contra el futuro

La sala de reuniones estaba en silencio, sentado en su magnifico sillón se encontraba Sir Zoi pensativo “¿Quién demonios estaría detrás del robo? ¿Cuáles eran los motivos? “. Estas cuestiones rondaban por su cabeza. Una sombra se le acercó sigilosamente. Sir Zoi giro la cabeza hacia la sombra
-¿Alguna novedad Tharsis?- Preguntó Sir Zoi
- Shy´el despertó durante unos instantes, y pronuncio un nombre- contestó Tharsis
-¿Solamente pronunció un nombre?- Preguntó Sir Zoi intrigado
-Sí, posteriormente volvió a perder el conocimiento, el ladrón es Mitch, mande un grupo de asesinos para traerlo- contestó Tharsis
-¿me estas diciendo que has enviado a un grupo de asesinos a por Mitch por qué el restaurador ha dicho su nombre?- Preguntó Sir Zoi incrédulo
-Si señor- contestó tímidamente el Skaven
-Y si llega a decir el nombre de su padre, ¿Qué haces? ¿Mandar más asesinos también a por él? ¿Sabes las consecuencias que puede tener este acto?- Decía con rabia Sir Zoi
-Yo creía…- Dijo temeroso Tharsis mientras retrocedía, al ponerse en pie de un golpe con su imponente figura Sir Zoi
-Más te vale que los detengas de inmediato, o será tu cabeza la que ruede- Amenazó Sir Zoi mientras sostenía en el aire a Tharsis, amarrándole de la roída túnica
-Una vez dada la orden a los asesinos, será casi imposible detenerlos, hasta que no acaben con su objetivo o estén todos muertos, lo único que podríamos hacer es avisar a la arboleda- Dijo Tharsis
-¡Mierda!- gritó con un potente rugido Sir Zoi, lanzando contra la pared el frágil cuerpo del Skaven- ¡a que esperas!, corre y tráeme a Nax de inmediato. Más vale que no muera ningún silvano o acabaras enterrado en la arboleda- Gritó Sir Zoi, las venas del cuello y la frente parecían estallar, estaba intentando controlarse para no matar al que hasta ahora era su mano derecha- todo se desmorona- susurró, dejándose caer en su sillón en la sala de reuniones.

Ythiel andaba lo más rápido que le permitía, sus siglos de vida, por el Claro de los Espíritus, tenia que impedir su visón, no permitiría una matanza. Para él la vida era sagrada y la arboleda su santuario, que se manchara con la sangre de sus hermanos era algo que no podía permitir. Justo antes de salir del claro Ythiel se acercó a un pequeño riachuelo de aguas cristalinas que fluía desde la arboleda, Ythiel se agachó y tocando con la palma de sus manos el agua, pronunció unas palabras en lengua arcana. Una esfera de agua en constante movimiento surgió del riachuelo y se elevó en el aire como si la atracción de la tierra no pudiera hacer nada para retenerla. Ythiel se levanto y comenzó ha hablarle a la esfera de agua cristalina
-Avisa a Poderosobrote y a sus driadas, tienen que ir a la posición de Vashel. Una incursión Skaven avanza hacia esa zona, hay que retenerlos- Ordenó Ythiel, y la esfera salió disparada a toda velocidad, desapareciendo en el horizonte en pocos segundos.
Ythiel reanudo su marcha hacia la zona de entrenamiento donde encontraría a Mitch, “el sol esta todavía cayendo, espero llegar a tiempo, que el espíritu del bosque nos asista” pensó Ythiel.
En la zona oeste de la arboleda se encontraba vigilando Vashel, todo estaba demasiado tranquilo, escuchó un crujir de ramas desde la posición de su compañero así que subió rápidamente por el robusto árbol hacia una posición mas elevada donde podría ver a sus compañeros, pero no fue así, algo ocurría. Vashel bajo a toda prisa hasta el punto del árbol ideal para lanzar la flecha con el mensaje de alerta al resto de guardias. Rápidamente enrolló una pluma roja en una flecha y tenso el arco al máximo, el mensaje debía ser enviado de inmediato. Justo en el momento que iba a disparar, un trozo metálico surgió de la parte inferior del árbol, partiendo la flecha por la mitad. Instintivamente salto hacia atrás a una rama cercana, agarrando una nueva flecha, desde la profundidad del bosque subían a toda prisa unas figuras vestidas totalmente de negro. Apoyando los pies en la rama disparo una certera flecha que impacto de lleno en el cráneo de una de las encapuchadas figuras, cayendo a peso hacia la espesura del bosque. Cuando iba a cambiar de posición noto como el aire se volvía mas frío, “aquí están las driadas” pensó y con un salto cambió de rama agarrando una nueva flecha. Antes de que se posara en la gruesa rama del árbol contiguo vio como unas largas enredaderas surgían de la profundidad de la arboleda y agarraban a 2 de los asesinos que subían frenéticamente, engulléndolos hacia la profundidad de la arboleda. Los Skaven gritaban e intentaban deshacerse de sus ataduras sin éxito. Esto le dio tiempo a inspeccionar mejor la zona, en busca de más asquerosos Skavens, había uno a sus espaldas y otro permanecía oculto en el árbol adyacente. Sin pensarlo dio un salto hacia arriba girando sobre si mismo en el aire, una estrella pasó silbando cerca de su pierna, ya tenia visión de su oponente así que disparó el arco, la potente flecha atravesó parcialmente el hombro del Skaven y se clavo en el tronco del árbol dejando inmovilizado al asesino. El otro asesino que estaba oculto se dispuso a embestirle en el aire pero una enorme garra de madera lo atrapó. Bajo sus pies en lo profundo de la arboleda se escuchaban los aullidos de las driadas, espíritus del bosque, que arremetían contra el resto de asesinos que se encontraban en la superficie. Vashel se poso en la rama del árbol y miro fijamente mas allá de la enorme garra, se trataba de Poderosobrote uno de los Hombre Árbol que custodiaban la arboleda. Con un gesto de asentimiento agradeció la ayuda. Vashel se acercó hacia el Skaven, que intentaba quitarse la flecha del hombro que lo inmovilizaba en el árbol, agarro otra flecha y tensó al máximo el arco.
-¿Quien os ha enviado y a qué?- Pregunto firmemente Vashel mientras apuntaba al Skaven.
-A que estas esperando, ¡mátame!- le gruñó el Skaven
-te lo vuelvo a repetir ¿Quién os ha enviado y a qué?- Volvió a preguntar Vashel con más fuerza
-¿Qué te pasa no tienes agallas?, vamos ¡mátame!- grito el Skaven, Vashel disparó el arco clavándole la flecha en el otro hombro, que a su vez se incrustó en el árbol. El asesino gritó de dolor
-Dime lo que quiero saber y tendrás una muerte rápida, si no lo haces te pudrirás clavado en este árbol- Dijo Vashel agarrando otra flecha
-Vamos a por Mitch, y ahora mátame- grito lleno de rabia y dolor el Skaven
-Que disfrutes de las vistas- Dijo Vashel, bajo el arco y salió a toda prisa hacia la espesura de la arboleda
-¡Maldito elfo cobarde Mátame! ¡Mátame! - Gritó el asesino lleno de furia


Los últimos rayos de luz penetraban en la espesa arboleda, cuando Ythiel llegó a la zona de viviendas, el camino había sido largo, pero había llegado a tiempo, su visión no se había cumplido, lo cual lo llenaba de alivio. Se paro para mirar la hermosa vista, los pequeños rayos de luz anaranjados se fundían con la espesura perdiéndose en las alargadas sombras de las viviendas que se encontraban a media altura alrededor de los árboles, de enorme altura y más de 10 metros de diámetro. Guardando formación alrededor de la vivienda del Gran vidente se encontraba la Guardia del Unicornio, la élite de los guardianes del bosque, adiestrados en el arte de la espada y la lanza permanecían inmóviles, vigilando todo el perímetro, con armaduras de cuero endurecido en las que resaltaba la cabeza de un unicornio en el pecho tejido con sedas de la mejor calidad, en el brazo derecho mantenían una larga lanza creada mágicamente, y en el izquierdo portaban un escudo mediano de acero con el unicornio en plata en el centro, de los cascos puntiagudos caía un penacho compuesto por una pluma blanca y otra verde. Ante la presencia de Ythiel todos los guardianes le saludaron con casi imperceptible movimiento de cabeza. Ythiel había avisado a la los guardianes para que escoltase a Mitch hacia sus aposentos y evitaran cualquier posible amenaza sobre su vida.

Ythiel se acerco a la escalera de caracol y subió lentamente alrededor del árbol hasta sus aposentos. Al entrar se encontró a Mitch sentado golpeándose nerviosamente la barbilla con los dedos, quien se levanto rápidamente y saludó con una reverencia
-Gran Vidente- dijo Mitch
-Por favor hijo no hace falta que te inclines-contesto amablemente Ythiel
-Padre hay que preservar las tradiciones como bien me enseñastes- contestó Mitch mientras se incorporaba
-Tonterías, eres mi hijo y toda una estrella del deporte, seria yo quien te tendría que pedir que me firmases la túnica- dijo Ythiel con tono dulce, y los dos se echaron a reír
-¿Qué era lo que querías? y es más ¿a que viene toda esta seguridad?- Pregunto Mitch
-Veras hijo, he tenido una visión, en ella la Sede te acusa de robar el Balón de Oro y enviaban a asesinos para apresarte, con un desenlace trágico en ella- dijo Ythiel con una expresión tenebrosa en su rostro
-Pero padre yo no he robado nada- dijo Mitch asustado
-Lo se, los asesinos están siendo neutralizados por las driadas, hasta que no pase la media noche no cesara el peligro, de ahí toda esta seguridad. Si por cualquier cosa lograran llegar hasta aquí, prométeme que no opondrás resistencia- Dijo Ythiel
-no lo entiendo yo... yo... no he hecho nada-dijo Mitch mientras se derrumbaba en el sillón que había a sus espaldas y cubriendo su rostro con las manos.


Tharsis acompañaba por los pasillos de la sede a Nax "El Loco", un excéntrico y poderoso mago, iba vestido con una túnica roja con adornos en oro que representaban a dragones y fuego que pertenecía a la escuela de magia del fuego, con el paso del tiempo la tunica se encontraba deshilachada y rota en varios puntos, además presentaba numerosas manchas de vino y de diversos compuestos químicos, su largo cabello era gris y totalmente enmarañado, como si no se hubiera peinado en eones, su piel arrugada era morena y curtida por el paso de los años, los ojos eran pequeños puntos negros hundidos en las cuencas oculares y una larga barba gris que le llegaba a las rodillas pendía de su prominente mentón. De sus agrietados labios sobresalía un diente amarillento.

-Vamos date prisa nos espera Sir Zoi- gruñó Tharsis
-No quiero ir a verle, es muy serio, además me acabas de interrumpir cuando estaba apunto de crear el mayor de los inventos que jamás hayas visto-dijo Nax
-muy bien pero podrías andar mas rápido, hoy no esta especialmente amable el jefazo- apremio Tharsis a Nax
-Pues veras, basándome en la hipótesis de que el mundo es esférico, estoy creando un artefacto que hace rotar el mundo, y te preguntaras que hace eso, pues hace que te traslades a otro punto tan rápido como un rayo, aunque en verdad tu no te mueves si no que se mueve todo lo de tu alrededor, y…- decía Nax totalmente emocionado
-Definitivamente estas como una cabra, ¡Ja! El mundo una esfera, no se como te dejan suelto, a gente como tu los de mi clan los sacrifican a la Gran Rata Cornuda- se mofó Tharsis.

Ambos llegaron a la sala de reuniones, donde los esperaba impacientemente Sir Zoi, que andaba de un lado a otro con las manos cruzadas a la espalda, signo de su actual preocupación

-Bien ya habéis llegado, ahora Tharsis vuelve por donde has venido, no quiero verte- Dijo serio Sir Zoi y Tharsis abandono la sala en un instante
-Nax quiero que localices y ejecutes a los asesinos Skavens que se encuentren en la arboleda lo antes posible- Dijo Sir Zoi con semblante sombrío
-Y como quiere que lo haga, mediante incineración, combustión espontánea, explosión térmica… la explosión térmica es muy divertida jeje, el tío empieza a calentarse tanto que al final explota y deja todo lleno de vísceras y sangre muy calentitas jeje- Dijo Nax con la mirada totalmente pérdida imaginándose los resultados de los hechizos
-Creo que lo mejor es que queden solo cenizas, ahora te dejo que trabajes, tengo otro asunto pendiente- Dijo Sir Zoi abandonando la sala
-Incineración, perfecto- Susurró Nax, mientras se frotaba las manos

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