Dentro de la sede de
Como cada día Shy´el recorría el pasillo camino hacia la sala de trofeos, deteniéndose para mirar su rostro en la pulida superficie del mármol, el pintoresco elfo llevaba pantalones rojo chillón, una blusa de flores y un pañuelo rosa al cuello, que junto a su andar de pasarela le daba una imagen muy peculiar y difícil de ver a ese lado del Imperio. Después de largos minutos entreteniéndose con la belleza del pasillo, y recitando poemas al lienzo de su amor platónico Mitch, tres veces campeón de la 1ª división de la liga, se decidió a entrar a la sala de trofeos, para realizar sus tareas de restauración y mantenimiento de los trofeos.
Llego a la puerta de la sala de trofeos y algo no le cuadraba, los guardias no estaban – donde estarán esos fornidos guerreros??? Con sus tersos músculos, sus duros culitos y su mal genio cuando los intento meter mano, ainsss!!!- comento para si mientras buscaba las llaves de la puerta, cuando fue a introducir la llave la puerta se encontraba abierta, empujo suavemente la puerta y asomó la cabeza para ver la sala, no había nadie y todo estaba tranquilo, así que entro en la sala circular iluminada por una bóveda de cristales luminiscentes traída desde la misma Mordheim por los skavens. Las paredes de la sala estaban cubiertos por estandartes de las distintas razas participantes en la liga confeccionados con las mejores sedas del viejo mundo, en el centro de la sala se encontraban los trofeos de
Shy´el recorrió rápidamente con la mirada todos los trofeos – 1, 2, 3 trofeos, un guardia desangrado, 4, 5, 6, 7 trofeos un guardia decapitado, 8, 9 trofeos y el ba… Dios!!!! No esta el Balón de Oro!!!!- la cara de Shy´el cambio hasta convertirse en una mascara pálida de horror con la mirada perdida en el infinito, las llaves se le cayeron al suelo, y el pánico recorrió su cuerpo, quedándose paralizado, habían robado el Balón de Oro, quien habría sido capaz de cometer semejante delito, unos segundos después recobro la compostura, y se dio cuenta que estaba pasando algo mas por alto, dándose cuenta al instante- han, han matado a los guardias….- susurro, y diciendo esto cayo desmallado al suelo
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